La expresión cómputo en la nube (cloud computing) es ya conocida por millones de personas y empresas de todo el mundo.
Puede que algunos conozcan más y otros menos, pero es un concepto arraigado porque el Internet es ya parte esencial de la vida de la mayoría de las organizaciones, sin importar su tamaño.
En realidad, cuando muchos preguntan ¿qué es la nube? lo primero que debe aclararse es que esa nube no existe físicamente en el cielo.
Es una metáfora utilizada para definir de manera más fácil los múltiples servicios que hoy se utilizan a través de Internet.
Su evolución y utilidad
Hasta 1998, el procesamiento y almacenamiento de datos se hacía en computadoras o servidores locales. Es decir que hace apenas 20 años ni siquiera existía este concepto.
Es algo nuevo que tiene adaptaciones permanentemente y que está permitiendo hacer que Internet sea cada vez más imprescindible en nuestras vidas y en las de nuestros negocios.
Hoy la idea más simple de la nube es que permite separar el software que está físicamente en tu computadora (ocupando espacio y memoria) y trasladarlo a un lugar remoto a los que se accede únicamente a través de Internet.
De esa manera, liberas la carga de tu computadora y no requieres equipos tan caros ni complejos para hacer múltiples tareas que hoy se pueden hacer directo en la red.
La ventaja es que todos los procesos que involucran a esta tecnología son transparentes para el usuario. No se requiere un conocimiento técnico para utilizar sus beneficios.
Software como Servicio
Otra expresión cada vez más popular es la de Software como Servicio (SaaS, por su sigla en inglés), que es usada para denominar a los programas que se ofrecen únicamente a través de la nube.
Una manera simple de explicar qué es la nube y cómo se utilizan los softwares como servicio es recurriendo a una analogía:
Hace 150 años, para tener luz, cada casa requería de un generador de energía simple que eran las velas. Luego se desarrolló tecnología que llevó a construir generadores de energía que abastecían a muchas casas a la vez. Hoy existen diversas fuentes de energía y cada familia puede elegir.
El software que funciona en una sola computadora es como la vela, algo del pasado. La nube es la que te permite acceso a escuchar música, ver películas, tomar y almacenar fotos sin límite y de una manera rápida.
La otra enorme ventaja de todos estos servicios es que puedes tenerlos independientemente del tipo de dispositivo que estés usando.
¿Cuándo utilizas la nube?
La tecnología avanzó tanto que, sin que te des cuenta, seguro utilizas servicios en la nube muchas veces al día.
El ejemplo más típico es cuando abres un sitio web para acceder a una cuenta de correo de Gmail, por mencionar el caso más básico.
Cuando tomas una foto con tu celular y la subes a tu cuenta de Facebook, esa imagen, gracias a Internet, estará por siempre en la nube. Incluso si pierdes tu celular, podrás ver esa foto en Facebook desde donde quieras: tu casa, tu oficina o incluso desde otro teléfono.
De la nube a “la granja”
Nada de esto es magia. Esa foto que subiste a Facebook, por continuar con el ejemplo, no está volando en el cielo. El archivo original se encuentra en un centro de datos; o “granja”, como le llaman los técnicos.
Esos centros están en lugares físicos parecidos a un gran almacén, con control de temperatura, seguridad, en zonas geográficas donde no hay sismos y son mínimos los riesgos de otros desastres naturales.
En el mundo, existen actualmente cerca de 180 mil centros de datos. Para 2030, se estima que serán cerca de un millón.
¿Qué hay dentro de cada centro? Miles de computadoras más poderosas que la tuya (por eso se les llama servidores).
Una vez que tu foto sube a Facebook, entra a la nube y sólo Facebook sabe dónde la almacenará, ya que cada proveedor cuenta con docenas de estos centros. La foto podría estar en un servidor en Japón, en Rusia o Nueva Zelanda. Al confiar en Facebook confías en su nube.
¿Por qué una empresa debe migrar a la nube? Esa respuesta quedará para otro artículo.
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